El chipá de queso es un panecillo originario de Paraguay y popular en el noreste de Argentina y el sur de Brasil, pero cuyo sabor no conoce de fronteras. Esta delicia se caracteriza por su textura dorada y crujiente por fuera y tierna por dentro, una combinación perfecta que lo convierte en el acompañante ideal para desayunos, meriendas o cualquier momento del día.
Con esta receta fácil y rápida, podrás disfrutarlos en muy poco tiempo. El secreto del chipá radica en sus ingredientes sencillos pero sabrosos. La base de la receta es el almidón de mandioca, también conocido como fécula o tapioca, que se mezcla con harina de trigo, leche, huevos y manteca para formar una masa homogénea y pegajosa.
A esta mezcla se le añaden los protagonistas del sabor del chipá: el queso parmesano y el queso mozzarella rallados, aunque puedes experimentar con otros tipos de quesos duros o semiduros según como adaptes esta receta. Como siempre, comienza precalentando el horno a 180 ºC y engrasando una bandeja para hornear. Luego, en un bol grande, se combinan el almidón de mandioca, la harina de trigo, la sal y la levadura química. Luego se añaden la leche, los huevos y la manteca, amasando hasta obtener una masa uniforme.
El siguiente paso es incorporar los quesos rallados, asegurándote de que se integren completamente en la masa. Para darle un toque personal al chipá, puedes agregar ingredientes como jugo de naranja o semillas de anís, los cuales aportarán un sabor único a tu receta.
Con la masa lista, el siguiente paso es formar pequeñas bolitas del tamaño de una nuez y colocarlas en la bandeja para hornear, dejando espacio entre ellas. Si humedeces tus manos con agua, facilitarás este proceso, evitando que la masa se pegue a tus dedos. El horneado es un paso crucial: los chipás deben cocinarse durante 12 a 15 minutos o hasta que adquieran un color dorado y una textura firme al tacto. Una vez horneados, déjalos enfriar un poco sobre una rejilla antes de servir.
Fuente: terra.cl