El 15 de noviembre de 2024 seremos testigos de la última Superluna del año, un evento astronómico cargado de energía y significado. Este fenómeno, que ocurre cuando la luna está en su punto más cercano a la Tierra, no solo ilumina el cielo de manera espectacular, sino que también nos invita a trabajar en nuestras intenciones y deseos más profundos. En esta ocasión, la vela se convierte en el elemento esencial para canalizar esa energía lunar y enfocarla hacia tus objetivos.
Este es el color de la vela
La vela blanca simboliza pureza, claridad y renovación, es ideal para aquellos que buscan atraer paz, armonía y un nuevo comienzo en sus vidas. En el contexto de la Superluna, encender una vela blanca se convierte en un ritual de limpieza energética, eliminando bloqueos emocionales y despejando el camino hacia tus metas. Este color también se asocia con la conexión espiritual, lo que lo hace perfecto para quienes desean fortalecer su intuición o buscar respuestas a cuestiones importantes.
El ritual de encender la vela blanca debe realizarse con intención y atención plena, busca un espacio tranquilo donde puedas concentrarte y coloca la vela sobre una superficie segura. Antes de encenderla, toma un momento para reflexionar sobre tus deseos. Puedes escribirlos en un papel, asegurándote de formularlos de manera clara y positiva. Al encender la vela, visualiza cómo la luz ilumina tu vida, trayendo claridad y abriendo las puertas hacia aquello que anhelas.
La Superluna de noviembre también marca un momento propicio para soltar aquello que ya no sirve en tu vida, la vela blanca no solo atrae lo positivo, sino que también actúa como un faro para liberar energías negativas. Al dejar que su llama arda, imagina que estás dejando atrás temores, dudas o relaciones que ya no aportan valor.
Reunirte con amigos o familiares para encender velas blancas puede amplificar el poder del ritual, cada persona puede compartir sus intenciones, creando un círculo de energía positiva que beneficia a todos. La fuerza de la luna, combinada con la unión de varias intenciones, potencia los efectos de este acto simbólico, generando una experiencia transformadora y significativa.
Fuente: terra.cl