Así como la comida tiene la capacidad de ayudar, también puede empeorar ciertas condiciones médicas. Esto, porque contienen minerales, vitaminas y componentes que necesitamos, siempre que sean en las cantidades apropiadas.
Este es el caso de las papas, cuyo tubérculo tiene sus contraindicaciones médicas. Por ejemplo, jamás deberías consumirlas crudas, porque son potencialmente tóxicas.
El consumo excesivo podría derivar en ciertos problemas de salud, o empeorar condiciones de base. En Meganoticias.cl te contamos quiénes son las personas que no deberían exagerar con las porciones de papas.
Diabéticos
Como cualquier carbohidrato, las papas pueden alzar los niveles de azúcar, ya que tu cuerpo lo procesa en forma de glucosa.
“Aumentan el nivel de azúcar en la sangre en una cantidad modesta, lo que para muchos de nosotros no es gran cosa, pero para los diabéticos, es un problema real”, explicó el nutricionista Paul Claybrook a Eat This.
Afortunadamente, los niveles de fibra que tiene ayudan a reducir el tiempo con que se absorbe el azúcar, pero no por eso debes exagerar con tu porción.
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Problemas de presión
Según un estudio del 2016 comer papas 4 veces a la semana o más podría aumentar tu presión. “Encontramos asociaciones prospectivas independientes de una mayor ingesta de papas al horno, hervidas o en puré y papas fritas con un mayor riesgo de hipertensión”, explicaron los investigadores.
Los autores de la publicación recomiendan remplazarlas por vegetales sin almidón, para llevar una dieta aún más saludable.
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Si quieres bajar de peso
En las porciones adecuadas, las papas podrían incluso ayudarte a perder unos kilos, pues contienen buenas cantidades de fibra, lo que te permite mantenerte satisfecho por más tiempo.
Pero recuerda que este tubérculo es considerado un carbohidrato, compuesto de almidón y, dependiendo de la preparación en la que lo prefieras, como las papas fritas, no le estarás haciendo ni un favor a tus esfuerzos.
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Este artículo está diseñado para informar y no pretende dar consejos o soluciones médicas. Pregúntele siempre a su doctor o especialista si tiene dudas sobre su salud o antes de iniciar un tratamiento.