“Ladrones sin vergüenza, no puedo decir otra cosa. Tuvimos que amenazar con el uso de gas lacrimógeno, una medida de gran alcance, me parece triste porque nunca he tenido que hacer algo así en toda mi carrera”, respondió el alcalde de Róterdam, Ahmed Aboutaleb.

Según Hubert Bruls, presidente de los comités de seguridad, las autoridades ya “temían” que jóvenes en otras ciudades “copiaran comportamientos” como la violencia y los saqueos, y lamentó que “sigue siendo terrible ver cómo miles de personas en todo el país nos han tenido como rehenes durante unos días debido a la violencia que cometen”.